Niebla, Miguel de Unamuno.
El semestre de otoño 2013
Introducción
Miguel de Unamuno y Jugo fue un escritor y filósofo de Bilbao, Vasco, pero es mejor conocido sobre su dedicación a la literatura española desde la ciudad de Salamanca donde está situada en el centro cerebral de la Comunidad de Castilla y León. Se considera un miembro de la generación del 1898 con los colegas como Ramón del Valle-Inclán, Azorín, Antonio Machado, Manuel Machado y otros. En aquel año, España perdió las colonias de Cuba, Puerto Rico, y las Filipinas en la guerra hispana-estadounidense, y se puso el fin a la gran época del imperio español. Desde Salamanca con la espada del pluma, Don Unamuno luchó por la patria, y les echó unos debates a los españoles a través de la literatura, preguntándoles la identidad nacional y personal como ¿qué es España? ¿Quiénes somos?
Como así buscando de la identidad nacional en plena tormenta política, Unamuno se ejempló el amor a Castilla en el que promocionó revalorar tradiciones, lenguaje, paisajes que identifican lo español. Estos son las características de la generación del 98. Al mismo tiempo, en el contrario, a él no le gustaba la manera tradicional de escribir porque sólo el autor y su fondo informático determinaban un gran valor literario para los críticos de aquel tiempo (Longhurst, 2008, 745). Él quería unas participaciones activas de los lectores, e inventó un nuevo género literario en el que ya no el autor tiene un control total en literatura. Unamuno invitó la participación de los lectores de aquella época para reflexionar los temas de la narrativa rigurosamente.
Don Unamuno, un gran escritor y pensador muy culto, tuvo muchas contradicciones. Él pidió la consideración a lo tradicional pero creó nuevo género y nuevas palabras: nivola y monodiálogo. Además, este lingüista que entendía dicha once lenguas creía que la lengua hablada influye la manera de pensar, por eso Unamuno recomendió que los intelectuales aprendieran no solo castellano sino también catalán, vasco, y gallego. Estas lenguas regionales toman un papel importante para revitalizar el idioma tradicional, y traen lo “sobrecastellano” que es un hibride intercultural (Longhurst, 2011, 52). También él fue muy religioso pero al mismo tiempo, fue muy escéptico en el sentido de buscar e investigar sin encontrar la conclusión (Unamuno, 1907). A mí, me gusta esta parte de la incertidumbre pero la actitud positiva del autor para investigar, pensar, afrontar eternamente con los temas como la inmortalidad y la existencia que no se puede encontrar solución.
Para mi investigación de la clase, elegí la novela Niebla de Don Miguel de Unamuno porque estoy de acuerdo con el tema de esta novela: la vida es la niebla. Nada permanece clara, y la existencia del autor y los personajes de la novela también están en la niebla. En nuestro mundo donde siempre se busca una explicación clara, si no científica ni razonable, me parece que su aceptación de tinieblas es una idea más cercana a la lamentación de la vida fugaz en la literatura asiática en la que se acepta la vida como así, pero continua pensando e investigando la explicación.
La historia de Niebla
Esta novela Niebla fue escrita en 1907, pero publicada en 1914. El personaje principal que se llama Augusto Pérez no sabe a cuál dirección va a caminar en un día lluvioso hasta que una mujer le llamó la atención a Augusto. Él piensa que está enamorado de esta mujer que se llama Eugenia, una profesora de piano, y recibió muchas ayudas de los tíos de Eugenia y su vecina para mejor conocerla. La tía de Eugenia tuvo interés a este chico introvertido pero pudiente, por lo que él podría ayudar con la hipoteca de Eugenia. Augusto la pagó para Eugenia.
Sin embargo, esta acción generosa de Augusto provocó enfadarse a Eugenia porque ella pensaba que Augusto trató de comprar el amor de Eugenia. Ella rechazó sus avances, ya que ella tuvo una relación con Mauricio que no es sincero ni puro como Augusto. Mientras tanto Augusto se involucró con la planchadora, Rosario, y empezó a preguntarse si el amor a Eugenia sea verdadero. Augusto recibió unos consejos de sus amigos incluso el escritor del prologo, Víctor Goti. Ellos hablaron filosóficamente de las situaciones generales del noviazgo, el matrimonio, las mujeres, la sicología de las mujeres y más. Por fin, Augusto decide que va a proponer a Eugenia, en cualquier caso. Para su sorpresa, Eugenia acepta el compromiso.
Sin embargo, unos días antes de la boda, Augusto recibe una carta de Eugenia en la que Eugenia explica que ella quiere dejar a Augusto para salir con Mauricio. Augusto con su corazón roto decide suicidarse, pero también decide consultar con el propio Unamuno (el autor de la novela) antes de cumplirlo. El autor, Unamuno se revela que Augusto es solo un personaje de ficción que no existe en realidad. Por eso, no se puede suicidar sin la existencia actual. Augusto, enojado, insistió su existencia en la realidad, y reclamó que Unamuno no es el autor final porque él puede ser un personaje en los sueños de Dios. Al fin, Augusto muere, pero nosotros los lectores no sabemos el hecho cómo: suicidarse o ser asesinando, que provoca un debate entre los lectores.
En el último capítulo XXXIII, el autor se da cuento de que él como un creador de la novela pueda relanzar a Augusto de nuevo. Sin embargo, Augusto aparece en el sueño de Unamuno y le dijo que no es factible recrear este personaje. También Augusto le reclamó a Unamuno que es posible que Unamuno mismo sea una entidad de ficción que no existe en realidad, quien no es vivo ni muerto. Según Augusto, Unamuno solo existe para sembrar el cuento de Augusto a los lectores de ahora y del futuro. Cuando Unamuno de carne y hueso en la realidad muere, es Augusto que mantiene el alma de Unamuno para vivir y continuar hacia la inmortalidad. Y Augusto desapareció del sueño de Unamuno a la niebla negra.
El papel significante del prologo
El Señor Víctor Goti que es otro personaje de la novela escribió el prologo, pero por supuesto, en realidad, el autor Unamuno lo escribió en el nombre de Víctor Goti. Al principio, nadie sabe que Víctor es una figura creada por Unamuno, pero como él es amigo del carácter principal, Augusto, los lectores se dan cuenta de que Víctor es un ser de ficción. Por otro lado, esta figura de ficción tiene relación con Unamuno, el autor de carne y hueso en realidad. Ningunos escritores anteriores rompieron la norma en la que el carácter de ficción no se cruza con el autor de realidad, tampoco que alguien no conocido ni respetado (ni existente) escribió el prologo. Nadie antes de Unamuno experimentó esta nueva manera de escribir el prologo, y puede decir que esta novela se consideraba un poco confundida para la gente de la época que no estaba acostumbrada tales maneras innovadoras. Creo que la idea culta de Unamuno fue más avanzada que la gente de la época podía aceptar. Por eso, Unamuno en la voz de Víctor trató de justificar esta novela a los críticos antiguos que no aceptaban la creatividad ni la libertad para escribir algo nuevo. Unamuno quería dejar de sacrificar la creatividad literaria debido a estas normas fijas.
En cuanto a la búsqueda de la inmortalidad, Víctor (que es Unamuno mismo) insertó las palabras de Unamuno, mencionando que la gente inocente en aquella época debería buscar e investigar la inmortalidad aunque no va a encontrar la explicación. Esta actitud de buscar el significado de la vida y la muerte es mejor que ciegamente creer de la inmortalidad que se ha explicado y dado sin cuestión por los religiosos, porque nadie sabe qué ocurre después de la muerte en realidad.
De las palabras nuevas: nivola y monodiálogo
La palabra nivola es una amalgama fonética de novela y niebla. Víctor Goti, un amigo de Augusto explica cómo él inventó la palabra nivola en el capítulo XVII. Usando un ejemplo de sonite en vez de soneto por Manuel Machado, hermano de Antonio Machado, Víctor justifica la creación de la palabra nivola para que ningunos críticos no puedan disputar. Así que la nivola no siguen las normas que la novela tiene, sino la nivola tiene características sin argumento y con muchos diálogos y monodiálogos. Sin embargo, para tener monodiálogos, Víctor explica que es mejor tener un perro a que puede hablar. Augusto, que está escuchándole, sospechó que Víctor este inventando la historia. En esta parte, creo que Unamuno está jugando con la ficción y la realidad, siendo un creador (el autor) de los caracteres dentro del cuento.
¿Nivola? Así nadie tendrá derecho a decir que deroga las leyes de su género…Invento el género e inventar un género no es más que darle un nombre nuevo, y le doy las leyes que me place. ¡Y mucho diálogo!
-¿Y cuando un personaje se queda solo?
-Entonces…un monódialogo. Y para que parezca algo así como un diálogo invento un perro a quien el personaje se dirige.
-¿Sabes, Víctor, que se me antoja que me estás inventando?..
-¡Puede ser! (Unamuno, 1995, 92)
En nivola, Augusto habla mucho consigo mismo en la manera de monólogo interior. Su amigo Víctor se siente pobre a Augusto indeciso a quien la vida siempre tiene muchos acontecimientos de pensar, y de vez en cuando necesitaba hablar al perro Orfeo como si lo entendiera. Por eso, estas conversaciones unilaterales entre Augusto y Orfeo se convierten en monodiálogo.
Unamuno pensó que Niebla fue un fracaso como una novela, pero ¿piensas que él la fracasó de verdad? Claro que no, sino Unamuno triunfó como una nivola. Álvarez-Castro aplaude que Niebla es un magistral modelo de escritura metaliteraria (Álvarez-Castro, 2012, 32). La metaliteratura propuesta por Unamuno en su nivola consigue todo lo contrario en la literatura tradicional: una extraordinaria implicación del lector basada en una apelación existencial (Álvarez-Castro, 2012, 35). Niebla es un producto pionero, y sirve como un modelo de otras metaliteraria como Ruinas Circulares o Borges y yo por Jorge Luis Borges. Tal vez la gente que acabó de adelantar al próximo siglo no fue acostumbrada apreciar esta nivola mezclada con ficción y realidad, pero su género metaliterario sigue viviendo en nuestro tiempo con el nombre de “novela.”
El papel significante del epílogo
Al final del libro, Orfeo, el perro de Augusto escribió un elogio titulado Oración Fúnebre por Modo de Epílogo. En este epílogo, el pensamiento de Orfeo es escrito en el estilo de monologo. Recordamos que antes de su muerte, Augusto hablaba mucho a Orfeo en el estilo de monodiálogo, y ahora es el turno de esta mascota para hablar. El pensamiento sobre la vida cotidiana de los humanos en el punto de vista de un perro es muy original y casi cómico. No es coincidencia que el nombre Orfeo deriva del carácter en la mitología griega, quien fue un animador y artista de todos los animales. También como Cervantes usó los diálogos entre perros en el cuento titulado El Coloquio de Los Perros, Unamuno se ejempla a volver a estudiar la literatura básica española del siglo de oro. Creo que Unamuno quería criticar a la gente que no reflexiona a si mismo en la sutil manera de ironía.
Orfeo tuvo experiencia de oler muerto de otros animales, pero nunca esperaba oler muerte del humano porque Augusto debería haber sido inmortal para Orfeo. Augusto era como un dios para Orfeo: A su amo le creía inmortal, porque su amo era para él como un dios (Unamuno, 1995, 167). En esta línea, la llamada de “amo” en vez de su nombre Augusto implica la relación irrompible entre un maestro y su amigo fiel. En el punto de vista del perro, Orfeo no entendió a los humanos y nuestros comportamientos absurdos como llevar ropas, hablar y gritar en la manera complicada. Aunque no hay entendimiento completo sobre los humanos, Orfeo mantiene la relación muy fiel con Augusto, como Orfeo dice que en contrato social, nació nuestro consorcio (Unamuno, 1995, 168).
En esta parte del epílogo, Unamuno quería que los lectores preguntaran a si mismos sobre la relación entre ellos y su Dios. Aunque no entendimos todo, ¿podemos creer a nuestro Dios con tanta lealtad absoluta y fidelidad suprema como Orfeo creía a Augusto (su Dios)? Orfeo creía mucho hasta que él también muriera al lado de su maestro. Orfeo nos trajo a ver “aquel maravilloso ejemplo de lealtad y fidelidad” (Unamuno, 1995, 170).
El creador y el creado entre ficción y realidad hacia inmortalidad.
La relación entre Augusto y Orfeo sugiere la relación que debemos tener entre nuestro Dios y nosotros. Augusto no fue el creador de Orfeo, pero Orfeo nos mostró preciosamente la devoción a lo que cree hasta la muerte (la mártir).
Niebla es totalmente un juego de ficción y realidad en la manera muy genial y culta. En este juego de escribir una literatura metafísica, Unamuno quería preguntarnos la relación entre nuestro creador y el creado. Por ejemplo, los caracteres como Augusto y Víctor son creados por el autor, Unamuno. Por eso, cuando Augusto quiere suicidarse, decidió consultar al creador del cuento. A lo largo del cuento, Unamuno, como un creador, sabe todo lo que ocurre con un control total del cuento. Unamuno que es omnisciente sobre el cuento le dijo a Augusto que no pudo suicidarse porque él solo existe en el cuento. En todo contrario, Augusto murió, y el creador pensaba re-crear el carácter. En Unamuno, la creación y la re-creación de un texto es la manifestación del más íntimo deseo de existir y de vivir tanto por parte del autor como por parte del lector e incluso del personaje ficticio. (Andersen, 2012, 113).
A pesar de que Unamuno tuvo total control para crear los caracteres del cuento, el diálogo entre Unamuno y el fantasma Augusto en el sueño de Unamuno nos muestra que la posición del creador y el creado ha cambiado. Cuando Unamuno de la carne y hueso muriera, ¿quién mantiene el cuento verdaderamente? Augusto no pidió, sino ordenó a Unamuno para continuar escribiendo cuentos de Augusto para que siguiera existiendo hacia la inmortalidad. Y le dijo que Unamuno pudiera ser una entidad de ficción.
Mire usted, mi querido don Miguel, no vaya a ser que sea usted el ente de ficción, el que no existe en realidad ni vivo ni muerto; no vaya a ser que no pase usted de un pretexto para que mi historia y otras historias como la mía corran por el mundo. (Unamuno, 1995, 166).
Como Unamuno está muerto ahora, Unamuno solo existe para sembrar el cuento de Augusto, y ha cambiado la perspectiva del creador y el creado. Me parece que ahora Augusto es él que es omnisciente sobre el mundo sin existencia, aunque escribir la lucha del poder entre el creador y el creado no fue intención de Unamuno. Andersen (2012, 114) nota que su meta no es la de explicar y definir el ser en términos metafísicos sino la de estudiar la existencia humana y expresar la frustración de la eternal presencia de la muerte. Creo que por lo menos, Unamuno quería presentarnos su lógica de la existencia hacia la inmortalidad: si no existe, no puede suicidarse. Al revés, si existe en la realidad, puede morir. Por lo tanto, cuando deja el cuerpo de la carne y el hueso, se puede existir eternamente.
Yo no puedo morirme: solo se muere el que está vivo, el que existe, y yo, como no existo, no puedo morirme…soy inmortal! Así dice Augusto. (Unamuno, 1995, 159).
En cuanto a la existencia, Unamuno dejo mucha autonomía a los lectores. “Sin lector, Niebla no existe y sin Niebla no existen ni Augusto ni Unamuno” (Andersen, 2012, 116). Por fin, Unamuno sigue viviendo hacia la inmortalidad con tal de que los lectores continuaran leyendo y pensando los temas activamente en las novelas de Unamuno. Tal vez la in mortalidad de la existencia solo pueda ocurrir cuando los hombres de carne y hueso transforman a la inexistencia después de su muerte, y su existencia depende de los dioses literarios: los lectores.
Sobre los símbolos
Primero, la lluvia, o mejor dicho el tiempo, representa el facil cambio de la opinión de Eugenia. Cuando Augusto la vio en la calle, estaba lluviendo, pero ya no cuando Eugenia entró a su apartamiento. Ella cambió su decisión de salir con Augusto o Mauricio, como si diera una vuelta a la tarjeta de tarot. También la música para Eugenia es una herramienta para ganar dinero y vivir. Me sorprendió que esta artista no mostrara ninguna pasión a la música. Me parece que ella es muy fría, y puede ser que a ella, el novio también es una herramienta de facilitarse para salir la vivencia con sus tíos locos. Por eso, estaba pesando los valores entre el rico Augusto y Mauricio en la balanza.
Al hablar de la ortogragía de Eugenia, su tío, Fermín, le preguntó a Augusto cuál usó en la carta a Eugenia, con la letra “ge” o una “jota.” A Fermín, le importa sola la idea política del anarquismo místico donde se habla única lengua de Esperanto para fomentar la paz. Piensa de que hay que deletrear cómo pronuncia. Este tío tiene su propia idea de ser en la mitad de la disastre politica española, pero la idea es totalmente confundida con la tendencia del aquel tiempo: los –ismos como anarquismo, esperantismo, espiritismo, vegetarianismo, y foneticismo (el capítulo VIII). Para Fermín, estos idealismos vienen de un paquete multifunctional. Fermín representa a los españoles que expresaban sus ideas politicas, pero Unamuno criticó a aquellos que tenían ideas sin investigar significados profundos de cada uno de los ismos.
En cuanto a las mujeres, Augusto es totalmente confundido a quién quiere verderamente. No solo
siguió a muchas mujeres en la calle, sino también tuvo una relación con la planchadora, Rosarito. Al
mismo tiempo le interesa la figura maternal de Liduvina mientras que le gusta Eugenia. Augusto no
puede decidir a quién quiere porque cada una mujer lo satisfecha sus necesidades: Eugenia con la
cabeza, razón, inteligencia, Rosarito con el corazon y sentimientos, y Liduvina con el estómago, las
necesidades físicas, la voluntud, la sabiduría (Olson, 1984). La indicisión de Augusto representa los
españoles que 1) están en la mitad de caos político y 2) no pueden buscar el verdadero Dios.
Mientras tanto, Augusto decide hacer un estudio psicológico de las mujeres en el capítulo XXIV. Al leer este capítulo, yo pensaba del psicoanalista, Sigmund Freud, porque me dio impresiones de que el autor, o por lo menos Augusto no entiende nada sobre las mujeres, y cuestina la igualdad de la mujer porque tiene dudas hacia las mujeres si tienen alma o si no engañan a los hombres. En aquella época, Freud estudiaba una cliente que tenía problema de histeria y escribió la interpretación de los sueños. Para explicar la función psicológica complicada, Freud utilizó mucho la mitlogía griega, como el complejo de Edipo. Estoy segura de que Unamuno, un profesor de la lengua griega, leyó las obras de Freud, porque Unamuno que vivió 36 años en el siglo XIX, y otro 36 años en el siglo XX, casi paralelo con este famoso neurólogo, Sigmund Freud (1856-1939). Por eso Augusto apareció en el sueño de Unamuno y les dejo a los lectores cómo interpretar este sueño en la area mental de subconsciente. Además, Bradatan interpretó que nuestra vida puede ser solo un sueño del Dios.(Bradatan, 2004, 462).
La conclusión
Al comienzo de la novela, Augusto dice el tema de la novela al perro, “La vida es como ésta…Niebla.”
Augusto, el hijo de la Doña Soledad siempre piensa en las tonterias insignificantes solo o con su perro. El título, Niebla, representa cómo Augusto ve su vida, a quien se puede referir un típico hombre de aquella España. No obstante, nosotros en nuestro tiempo también se nos pierde lo que debemos ver, destraídos por muchas cosas insignificantes diarias. Augusto se enfrenta muchos acontecimientos no tan importantes como él valora. Estos acontecimientos y sus pensamientos demasiados oscurecen la vista como si viera los arboles, y no viera el bosque. La vida de Augusto está advertiéndonos para que nosotros aceptemos la vida como así, y abandonamos “los caminos de la razón y volver a la fe de la infancia” (Padilla, 1985, 148). Por fin, Unamuno, un pensador rebelde ante la muerte, buscaba la inmortalidad en la lectura de su dios: los lectores.
Álvarez-Castro, Luiz, ¿Quién mató a Augusto Pérez? Control hermenéutico y chantaje
existencia en Niebla, de Unamuno, Revista de estudios hispanicos 46 (2012)
Andersen, Katrine Helene, La crisis de las ciencias y la existencia novelística en Unamuno,
Revue Romane 47:1 (2012), 111-130.
Bradatan, Costica, “God is dreaming you”: Narrative as Imitatio Dei in Miguel de Unamuno
(2004), Janus Head 7 (2), 453-467.
Longhurst, C.A. Unamuno, the Reader, and the Hermeneutical Gap, Modern Language
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Longhurst, C.A. Unamuno on Identity: Perosnal and National, Hispanic research journal,
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