El Cantar de Mío Cid y en el Heike Monogatari
INTRODUCCION
EL poema épico del Cantar de Mío Cid1
(el CMC en adelante) tiene muchas similitudes con el poema épico japonés de la
misma época que se llama Heike Monogatari2
(el HM en adelante). Ambas obras comparten algunas características generales
como pertenecer al mester de juglaría, el autor desconocido, las hazañas de los
caballeros con expresiones repetitivas de epítetos, escritura durante el siglo
XII o al principio del siglo XIII, muchos datos verdaderos como los lugares
actuales donde las batallas ocurrieron o las personas que existían. Sin
embargo, el CMC y en el HM son más diferentes en el nivel profundo porque ambos
poemas narran muchos valores de la caballería y del bushido que se reflejan en
la cultura en España y en Japón de hoy. Por eso, en este trabajo de
investigación, vamos a ver qué partes de cada obra influyen y forman la cultura
en dos países lejanos.
El CID: EL OBJETIVO DEL AUTOR
Los autores de ambas obras son desconocidos, pero podemos discutir cuál es
la intención de cada autor al escribir el poema épico. El tema del CMC es, en
breve, sobre la pérdida y la recuperación del honor de un caballero, don
Rodrigo Díaz de Vivar (1043-1099) y su familia. El Cid luchó en batallas y
mostró su fidelidad al Rey Alfonso VI por recuperar su favor. Comparado con
otros épicos europeos, el CMC tiene muchos hechos verdaderos, y el autor
debería tener un propósito de narrar esta historia verdadera con expresiones
exageradas para que creara un superhéroe que sirvió como un modelo para otros
caballeros.
Según Harney, el CMC funcionó como
una propaganda cuando considera el fondo histórico en el que “increased
awareness of the need for unity among the Spanish Christian kingdoms in the
face of Muslim, and specifically Almohad aggression” (76). Los valores bélicos como la valentía y la
resiliencia, y también los valores pragmáticos de la iniciativa y la
colaboración son muy importantes para los caballeros (Harney, 80). En los
versos 1213-1214 se expresa para motivar a los caballeros y para reunirse al
Cid y jactarse de la ganancia.
Los que fueron de pie cavalleros se fazen,
El oro e la plata ¿quién vos lo podrié
contar?
Probablemente ambos el
autor del CMC y don Rodrigo Díaz de Vivar no imaginaban que más después, en
1492 en exacto, la reconquista contra los árabes fuera a cumplir con la fuerza
unida de los Reyes Católicos. Ellos solo sabían que en aquella época, los
árabes dominaban en la mayor parte de la tierra ibérica, conviviendo con los
cristianos y los judíos. Quizás, el Cid solo quisiera recuperar su honor del
Rey Alfonso VI para poder volver a su tierra, pero la victoria en la Batalla de
Cuarte (Arroyo, 3) en la que el Cid combatió en Valencia contra los árabes se
despertó la idea de la reconquista de la tierra ibérica y el movimiento se
extendió rápidamente. Por eso, el objetivo escondido en el poema del CMC es
animar a los caballeros con un héroe auténtico con muchos datos reales, y crear un héroe nacional que hizo señores
desde un vasallo del Rey Sancho II (el hermano del Rey Alfonso VI) a un héroe
que llega a emparentarse con todos los Reyes de España (Gutiérrez Aja y Riaño
Rodríguez, 1).
Sin embargo, si el autor
quería motivar a los caballeros españoles para reclamar la tierra ibérica, el
CMC no muestra completamente los cristianos contra los árabes. El Cid si mismo
tuvo una alianza con el árabe Abengalibón. También la palabra “Cid” que viene
del idioma árabe nos muestra la mezcla cultural de aquella convivencia entre
los moros, los cristianos y los judíos, proclamando la naturaleza híbrida de la
sociedad en aquella época (Linehan, 27). Por eso, había necesidad de crear un
héroe nacional que cuenta los hechos actuales mezclados con datos glorificados
para que la gente se reuniera hacia el camino de este héroe y cumpliera la
reconquista. De ahí que la palabra “Cid” tuvo un significado más fuerte que el
jefe de ambos los moros y los cristianos.
El HEIKE MONOGATARI: EL OBJETIVO DEL AUTOR
El Heike Monogatari es sobre las
batallas entre la familia Taira (o Heike) y la familia Minamoto (o Genji).
Estas batallas tuvieron lugar entre 1180 hasta 1185 en Japón, y esta obra
influye en la cultura japonesa desde la literatura y el arte, hasta cómo
comportarse en la sociedad japonesa de hoy.
Al ver los hechos
históricos antes de estas batallas, las clases sociales vivían más
pacíficamente entre los emperadores, los nobles, la gente común, pero el
afloramiento de la clase social de los caballeros o los samuráis, urgió a
luchar entre ellos para hacer señores en la política de aquel Japón. Los
samuráis mataron a otros samuráis, y aun el hermano de hoy se convirtió en
enemigo del mañana. De hecho, después de la exterminación de la familia Heike,
el samurái Yoritomo Minamoto ordenó matar a su hermano menor Yoshitsune
Minamoto por no obedecerlo (pero en realidad, era una estrategia de Yoritomo
para concentrar el poder hacia sí mismo), pese a que Yoritomo no podría empezar
la nueva administración sin las hazañas de Yoshitsune.
En aquella tormenta
política, el autor desconocido del HM quería expresar la idea budista de Mujou,
que es una de las tres doctrinas budistas: la impermanencia o la
transitoriedad. En el mester de juglaría, los monjes ciegos narraban el HM con
el instrumento Biwa que parece un laúd, y cantaban que todas las cosas incluso
el poder son transitorias para no aferrarse a ellas en la vida humana. El poema
del HM empieza directamente con este tema fundamental.
Gion
shouja no kane no koe
Shogyou
mujou no hibiki ari.
En el sonido de la campana del monasterio de Gion
Resuena
la caducidad de todas las cosas
(Traducido por el Dr. Carlos Rubio López,
de la Universidad de Tokio).
El autor
quería centrarse en la vanidad de los acontecimientos humanos y en la enseñanza
de la doctrina budista, Mujou. Por lo tanto, el título, Heike Monogatari menciona el apellido de la familia (Heike) que se
ha exterminado totalmente por la familia rival (Genji). El autor no quería centrarse en los
ganadores, sino que puso una enseñanza de que aun el señor Kiyomori Taira (del
Heike) que gozaba de la cumbre de su poder (después de elevar a su nieto de
tres años como emperador) se cayó como si las flores de cereza volvieran a la
tierra como una ceniza, buscando la belleza, junto con tristeza, en su vida
vana humana. El autor quería expresar que nada permanece igual y que todas las
cosas en el mundo se van a desteñir y a disminuir.
UN HEROE Y UNOS HEROES
Ambas obras narran bastante hechos y lugares actuales que mantienen la
verosimilitud de la historia, aunque las características de la literatura épica
permiten exagerar los números de soldados o la cantidad del botín. En cuanto al
protagonista, el Cid tiene la habilidad increíble de un guerrero, un líder
militar y político, por eso él es el único héroe que nadie podía comparar.
(Chaney, 4). Aunque el Cid parece un caballero feroz, Beresford explica que el
Cid realiza las virtudes de Castilla que son fortitud (“strength”), sapientia
(“knowledge”) y una mesura que es una calidad que incluye un sentido de
prudencia, paciencia, y moderación (Beresford 76-77).
Al observar a tal
caballero que puede luchar en cualquier batalla, se resalta su lealtad al Rey y
a la tierra, Castilla. Esta devoción fuerte como un caballero confiable es un
ejemplo de los seguidores de futuro, y refleja el valor de lealtad, confianza,
y el amor a Castilla (o sea madre tierra) de hoy. El Cid nunca se había
olvidado de cuidar a sus vasallos, familias, caballos, y aun a su Rey, que lo
rechazó a él. De hecho, Beresford explica que el Cid con su buen carácter está
formando cómo debe ser el Rey Alfonso VI (77). También, Chaney escribe
que “the Cid’s loyalty became a foundation for a nationalistic spirit in Spain
that has persisted throughout the ages.” (6). Contando sobre un héroe legendario al que todos quieren, aumentó el
espíritu de luchar contra los árabes, porque había necesidad de la unión
cristiana contra la agresión de los moros encabezada por Almohad (Harney, 70).
En cuanto a los cristianos, Alfante explica que
llamó a la gente de Burgos “las yentas cristianas.” Esta obra une a los
castellanos con los cristianos para formar una identidad cultural que este
héroe comparte (Alfante, 3).
‘Grande duelo
avién las yentas cristianas;
ascóndense de
mío Cid, ca nol’ osan decir nada (CMC
29-30).
El Cid se convirtió a un
represenante de los cristianos cuando Gabriel apareció y le animó a cabalgar
hacia la aventura. Aunque el Cid no discrimina a los árabes o a los cristianos
(de hecho tuvo alianza con el árabe Abengalibón que ayudó a sus hijas abusadas
por los infantes de Carrión), los caballeros mantenían la fe en el
cristianismo. En la rima de poema resueltamente suena el Campeador (el Cid) y
el Creador (el Dios). Algunas veces el Cid se eleva como un Dios o sugiere una
escena de la Biblia cuando el gallo cantó en San Pedro de Cardeña (el CMC
209). Sin
embargo también muestra un carácter muy humano, llorando cuando se exilia y se
despide de su mujer Ximena y sus hijas. Como el Cid es una figura casi Dios
pero todavía humano, le da un modelo convencible al que la gente ordinaria
pueda adorar y rezar. Hay expresiones religiosas a los largo del poema, que los
españoles de hoy sienten y se identifican con esta religión.
El Cid tuvo gran generosidad y moderación cuando
envió a los caballos al Rey Alfonso VI: 30 caballos en la victoria contra el
Rey moro Fáriz (el CMC 103), 100 caballos al atraer Valencia (el CMC 139), y
200 caballos del éxito contra el Rey Marrueco Yusuf (el CMC 175). Además, el
Cid ofreció su propio caballo que se llamaba Babieca al Rey Alfonso. Qué
generosidad porque los caballos en la Edad Media fueron muy valiosos
(Barcharach, 1) no solo para luchar en la batalla sino para hacer trabajos
duros. También el Cid fue muy generoso cuando dio las espadas bellas árabes
(tizona y Colada) a los infantes de Carrión (sus yernos). En el HM, el niño
Yoritomo nunca le dijo al gobernador rival Kiyomori Taira dónde está la espada
de su padre muerto, porque la espada es el corazón de los guerreros. Por eso,
la generosidad del Cid destaca mucho. El Cid como único héroe tuvo muchas
características de caballería como valor, defensa, fe, justicia, humildad,
moderación, sabiduría, lealtad, generosidad, y nobleza.
En contraste con el único
héroe, en el HM es difícil señalar un único protagonista, y cada personaje
juega un papel importante para cumplir la obra. Como el autor quería centrarse
en la familia Heike, la primera parte (entre tres grandes partes) narra sobre
la arrogancia de Kiyomori Taira en su cumbre de la corte japonesa. Luego la
atmósfera cambió rápidamente, y Kiyomori salió de la capital Kioto, pero
falleció de la enfermedad de la fiebre que nadie pudo acercarse a él sin quemarse. El HM cuenta su muerte sufrida
como castigo del cielo por sus malos comportamientos durante la vida. Esta
creencia sobrenatural también es de influencia budista, que el diablo Enma
quema a los malos en el infierno.
Otros protagonistas son de
la otra familia: Minamoto (o Genji). Particularmente las hazañas y las
estrategias inimaginables de Yoshitsune se dirigen a ganar las batallas contra
el Heike. La estrategia militar cuando Yoshitsune atacó a los enemigos desde el
risco es casi similar a la del Cid, pero a Yoshitsune le falta la capacidad de
mantener la relación humana. Solo era un buen batallador para hacer la matanza.
Eso es muy diferente del Cid porque el Cid ya se recibió como un líder y un
héroe, no necesitaba matar a todos los antagonistas ni al león fuera de la
jaula. En cambio, Yoshitsune y su hermano Yoritomo no sabían cuándo sus
vasallos podían engañarlos, por eso necesitaban matar a todos los dudosos. Así
que había matanzas horribles entre los hermanos, los amigos y los enemigos en
aquel Japón, y el autor (con un punto de vista budista) quería lamentar el
mundo cruel.
En las batallas, los ganadores no pueden triunfar
sin los perdedores. En la filosofía china del yin y el yang, las fuerzas
contrarias no pueden existir sin ser complementarias. Por eso, ambos
protagonistas y los antagonistas son igualmente importantes. Para narrar su
propósito, el autor del HM se centra más en los perdedores, titulando el Heike Monogatari que cuenta cómo
perdieron los caballeros de la familia Heike, porque el resultado no es lo
único importante, y buscar la belleza en cómo perder es más interesante. El
autor nos enseña que nada permanece para siempre. Casi tiene semejanza con el
tópico del latín, Carpe Diem (atrapa el día), pero está más enfatizado en la no
permanencia que en gozar del momento.
LA CABALLERIA Y EL BUSHIDO EN CONTEXTO MODERNO
Lo más significativo en cada obra se describe en detalle. Por ejemplo, para
los guerreros Samuráis del HM, cómo morir es más importante que cómo ganar.
Comparado con el poema del Cid, el Heike Monogatari describe detalladamente
cómo murió cada una del Heike, y les fascina mucho a los espectadores y los
lectores el hecho de que afecta a la cultura de hoy.
En la parte famosa de la batalla de Ichi-no-tani,
Atsumori Taira (del Heike) de quince años murió noblemente sin miedo, cortado
su cabeza por un vasallo del Genji (que se llamaba Naozane Kumagai que no
quería matar a un joven de casi la misma edad que su propio hijo). Luego
Kumagai encontró una flauta en la ropa de este joven muerto cuando buscaba una
teja para envolver su cabeza. En este momento Kumagai se dio cuenta de que fue
este joven que tocaba la flauta quien produjo el sonido tan bello que resonaba
en todo el mar antes de batallar. Kumagai le da un respeto al joven muerto que
tocó la última flauta. Esta parte se expresa poética y emocionadamente. Nishida
opina que esta parte se describe en el estilo literario de la corte para evitar
expresiones violentes (34), influye la literatura japonesa hasta hoy.
Como ya hemos dicho,
Kiyomori Taira murió de alta fiebre con mucho dolor, en contraste con la muerte
de su hijo Koremori Taira, que salió de su vida pacíficamente. Según Oyama, “la
manera de morir” para los guerreros Samuráis de la Edad Media refleja el punto
de vista de la continuidad en “la manera de vivir” (205). También Hayashi opina
que el autor quería que los lectores (incluso lectores de hoy, el paréntesis es
mío) consideraran que en la vivencia se refleja la muerte (28). Por eso, al
código ético del Bushido o el camino del guerrero, le importa cómo morir, que refleja
cómo vivir.
Algunos valores del Bushido son muy similares a
los de la caballería. Hay lealtad, honor, modestia, respeto, y más, pero el
código ético de la muerte es diferente porque la idea viene de un código del
Bushido. Morir es vivir y vivir es morir. A veces se practica esta idea de cómo
morir para glorificar cómo vivía. Por ejemplo, cuando una empresa produce algo
muy malo, que resulta en la muerte del público, no es sorprendente que el
presidente de esta empresa se suicida al tomar la responsabilidad (no al evitar
la humillación). En la filosofía del Bushido, cómo morir es cómo vivir, por eso
los japoneses entienden su suicidio para terminar su vida para vivir
preciosamente.
Entonces, ¿dónde en el CMC
podemos ver los valores de caballería que hoy en día todavía practicamos?
Además de valores como lealtad, generosidad y fe del Cid, vemos dos valores
notables: la justicia y el comportamiento hacia las mujeres. Aunque el sistema
de tribunal es más primitivo que hoy, siendo que el Rey tiene todo el poder en
este tribunal en Toledo, el Cid luchó por la justicia para sus hijas, que
fueron maltratadas por los infantes de Carrión. El Cid inteligente sabía cómo
manipular al tribunal y al Rey para recuperar el honor y la justicia,
defenderse como si fuera un buen abogado. Disolver la dispute en el tribunal es
una característica muy occidental, comparado con la cultura asiática de
mantener la harmonía para evitar ir al tribunal.
Aunque algunas mujeres en
el HM tuvieron el poder para manipular a los gobernantes en la corte, la figura
de la mujer se describió como una figura débil, femenina, y bella. La esposa y
las hijas del Cid son también figuras débiles y religiosas, y siempre se
preocupan por el bienestar del Cid. Las mujeres de aquella época en ambos lugares
no tuvieron muchos derechos de decidir con quién querían casarse. La hija de
Kiyomori (Tokuko) le obedeció al casarse porque Kiyomori fue un dictador, pero
casarse con el Emperador Takakura no fue malo para ella. Mientras tanto, las
hijas del Cid (Sol y Elvira) obedecieron al Cid porque ellas tuvieron confianza
en la decisión del Cid, puesto que el Cid siempre las cuidaba bien. El
caballero, el Cid, a cambio, cuida a ellas con respeto, y demandó de los otros
el mismo respeto hacia ellas. Por eso, defendió a sus hijas, aunque en aquella
época las mujeres no tuvieron los derechos de hoy.
Estos comportamientos de
la caballería y el amor son heredados hasta hoy en la forma de cortesía.
Algunos ejemplos concretos son abrir la puerta, o levantarse por los mayores o
las mujeres en la mesa que hoy nosotros hacemos para proteger a las mujeres (y
los niños). Estos comportamientos vinieron de la caballería cortesana, a los
hombres que se comportan de tal manera lo llamamos “caballeros.”
CONCLUSIÓN
España y Japón producen una gran obra épica, y parecen muy similares en
algunas características. Por ejemplo, ambas obras son del siglo XII o
principios del siglo XIII. Se narraban oralmente en lugar público, se inscriben
en el mester de juglaría, por eso tienen epítetos repetitivos para facilitar a
los juglares aprender la obra de memoria. Como un poema, tienen ritmos (aunque
la regla es todavía primitiva). Estos rasgos son similares en la superficie de
la obra.
Sin embargo, cuando leemos
con más atención, tomamos en cuenta la diferencia significante entre estas dos
obras. El CMC motiva a los lectores y
a los espectadores para identificarse con este héroe nacional, porque el Cid se
comporta tan caballeroso con la gente, incluso con las mujeres, como valiente
en los campos de la batalla. Los valores de la caballería son expresadas
reiteradamente que la gente (incluso el Rey Alonso VI) respeta estos valores.
El autor escribió con motivo de animar a la gente a reconquistar la tierra
ibérica, y el ejemplo de este héroe como un buen caballero, todavía continúa en
España moderna.
En cambio, la otra obra
épica, el HM no quería centrarse en
un héroe, ni en la gloria de ganar en las batallas. Quería expresar la
impermanencia de la idea budista, y criticar las matanzas, la tiranía de Heike,
y respetar los valores del Bushido. En el Bushido, se expresa que no puede
evitar la matanza. Por lo menos, obedezca el código de Bushido para justificar
la vivencia cuando muera. Cómo morir es cómo vivir. Esta enseñanza todavía se
refleja en la sociedad japonesa, aunque ya desaparecieron los samuráis en el
siglo XIX.
Ambas obras son muy
populares todavía. La vida de estas figuras nos cuenta no solo los datos
históricos sino también nos trae la gran influencia a nuestra vida. Al no
haberse realizado estudios comparativos de rigor entre estas dos obras,
animamos con el nuestro a seguir estudiándolas.
Notas finales
1. Cantar de Mío Cid
“El Cid” es un
apodo árabe de “Cidi” que significa “señor” o “alcaide.”
2. El Heike Monogatari
Heike Monogatari:
es un poema épico sobre las familias Taira (también conocida como Heike) y
Minamono (también conocida como Genji). Estas dos familias lucharon en las
batallas de GenPei. Los monjes ciegos que cuentan las hazañas tocaban un
instrumento que parece una guitarra (que se llama Biwa), de los héroes
Samuráis.
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Guitérrez Aja, María del Carmen, y Riaño Rodríguez, Timoteo, “El Cantar de
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